22 de febrero de 2007

La comunicación empresarial: exportación al extranjero

La importancia de la traducción en la exportación

Fuente:E-directivos

Una de las barreras que se levantan ante las empresas que desean exportar es el idioma. Sin embargo, se trata de un obstáculo mucho más fácil de vencer que otros, pues desde tiempo inmemorial existen los traductores e intérpretes, aunque haya que pagarlos, mientras que para otras barreras, puramente económicas, arancelarias, culturales o de índole estratégica, no existen soluciones tan concretas.

Como señalan los expertos del Icex (Instituto Español de Comercio Exterior), detrás de una buena operación comercial está, en no pocas ocasiones, una buena traducción, y, por el contrario, el no contratar los servicios de buenos traductores puede suponer el fracaso de la aventura exportadora en cualquiera de sus fase.

Efectivamente, la calidad de las traducciones es indispensable a la hora de realizar con éxito cualquier actividad en la que se vean implicados dos miembros o más de diferentes comunidades lingüísticas: una ambigüedad en un texto puede ser letal a la hora de llevar a buen puerto cualquier negociación o contrato, y por eso las empresas de traducción deben garantizar un elevado control de calidad, con el fin de asegurar la adecuación de las traducciones y el rigor de la terminología. No sólo se trata de traducir los textos solicitados; el proceso de traducción significa mucho más. Incluye hasta la creación, modificación y actualización de bases de datos.

Una oferta comercial que resulte ininteligible no se toma demasiado en serio, o bien se desecha directamente. Y hay que tener en cuenta que, aunque el inglés sea el idioma más utilizado, muchas empresas extranjeras no lo dominan, y la posibilidad de que cada uno de los dos (vendedor y comprador) hable en su idioma facilita mucho el contacto. Por ello, cada vez se demandan más idiomas a la hora de eliminar obstáculos para la internacionalización.

Las empresas de servicios lingüísticos acompañan al exportador en toda su andadura internacional:

En sus primeros pasos, la empresa acude a certámenes o eventos donde poder conocer a algunos potenciales clientes. El vendedor debe hacer llegar una propuesta que incluya la máxima información posible sobre su producto, por lo que algunos de los servicios más solicitados son precisamente la traducción a otros idiomas de los catálogos, de la correspondencia y de la publicidad. Una vez que el interlocutor se interesa por la oferta, llega el momento de negociar: encuentros cara a cara, intercambio incesante de documentos… en algunas ocasiones, los términos a utilizar deberán ser rigurosamente exhaustivos, sin márgenes a la intuición y sin lugar para la interpretación. Además, en algunos puntos deberá ceñirse a legislaciones que variarán de un país a otro. Prácticamente todas las empresas de traducción ofrecen para ello servicios de traducción técnica y jurada. La traducción circula entonces en doble dirección.
El proceso culmina con la presentación del producto vendido; esto suele incluir traducciones generales de etiquetado, empaque, manuales, envases, etc. Aunque, incluso después de alcanzar un acuerdo, hay que mantener la comunicación Sin embargo, y a pesar de lo expuesto, la tendencia de los últimos años viene marcada por un descenso en la prestación de servicios a empresas exportadoras por la cada vez mayor contratación de personal con conocimientos de idiomas.

A primera vista parece más rentable contratar a profesionales capacitados que, además, dominen varios idiomas. Por ello, a menudo se prescinde del trabajo del traductor, pero traducir un texto no supone únicamente dominar una lengua, implica contar con unos conocimientos que van más allá de lo meramente lingüístico. De hecho, importantes inversiones en campañas de marketing pueden resultar fallidas por errores en la traducción.

Para realizar una traducción de calidad es necesario buscar información en productos o campos similares en otros idiomas, cotejar los términos técnicos con la realidad del sector y encontrar el término acuñado que realmente se corresponda con el original.

En suma, las empresas deben tener muy presente que la imagen que el cliente extranjero tendrá de la empresa y del producto dependerá totalmente de lo que reflejen los documentos traducidos, de la fluidez de la comunicación en el desarrollo de las negociaciones y de la corrección del etiquetado y del empaque.

Por último, siempre debe exigirse a un servicio de traducción, además de la precisión y calidad técnicas en los textos y términos vertidos, una mínima adecuación del discurso con la cultura y objetivos de la empresa y de sus productos.

No hay comentarios: