14 de febrero de 2007

¿Falta de profesionales?

De Terra Actualidad - EFE

La calidad de la traducción médica, un problema grave para inmigrantes hispanos

La calidad de la traducción médica, al español o a otros idiomas, es un grave problema para muchos inmigrantes que no hablan inglés, según un estudio divulgado hoy por la revista 'Journal of Health Care for the Poor and Underserved'.

Según María Teresa Ramírez, una experta en información médica de un organismo de salud de la zona metropolitana de Washington, el problema es más agudo para inmigrantes hispanos que han llegado de países centroamericanos cuyo nivel cultural es bastante bajo.

Según el estudio, un 67,1 de los pacientes que hablan español tienen un bajo o escaso nivel educativo y, en el caso de los mayores de 60 años, ese índice llega al 82,6 por ciento.

'Las traducciones, aunque sean buenas, no alcanzan a explicarles sus dificultades de salud. Esto se agrava por una cuestión cultural, de educación', señala Ramírez, quien muchas veces ayuda a los pacientes hispanos y les sirve como intérprete en su consulta.

El problema se explica mejor con una anécdota transmitida de boca en boca y que nadie logra aclarar si realmente ocurrió y que tiene una tenebrosa conclusión con la muerte de la paciente.

Esta, de escaso conocimiento del inglés, recibió un frasco de medicamentos después de someterse a una revisión médica. La etiqueta decía en inglés: 'ONCE a day' (UNA VEZ al día).

La mujer entendió que se trataba de 11 (ONCE) grageas diarias.

Murió a consecuencia de una sobredosis.

El doctor Michael Fetters, profesor de medicina de la Universidad de Michigan y Daniela García Castillo, del Programa de Oportunidad de Investigación de Pregrado de esa universidad, analizaron el problema en documentos de investigación clínica y médica.

Al cabo de su estudio determinaron que es necesario prestar mayor atención a los procedimientos de traducción, porque con ello se puede mejorar la calidad de la atención médica para pacientes con conocimientos limitados del inglés.

Según Fetters y García, las traducciones médicas son un proceso complejo que requiere mucho más que una conversión mecánica de un idioma al otro.

'Sin una traducción de calidad de los documentos médicos en el lenguaje de los pacientes, los proveedores de salud no pueden ofrecer atención de calidad y los pacientes corren el riesgo de recibir servicios inferiores', señalan en su informe.

El problema afecta a entre 40 y 45 millones de adultos que son analfabetos funcionales, es decir no pueden llevar a cabo tareas de lectura básica para funcionar en la sociedad y otros 50 millones de personas que son sólo marginalmente alfabetizados, según el estudio.

En muchas ocasiones se manifiesta en formularios de consentimiento general que los pacientes deben firmar antes de ser ingresados en un hospital.

Estos con frecuencia son difíciles de entender para muchos, a pesar de que el promedio del nivel de lectura en EEUU es de octavo grado para la mayor parte de los adultos y de quinto grado para la mayoría de los beneficiados por el sistema de Medicaid, para personas de edad avanzada.

A ello se agrega la mala calidad de las traducciones y éstas en muchas ocasiones contienen errores que pueden acarrear consecuencias clínicas críticas, incluyendo malos entendidos de servicios médicos, como atrasos en diagnósticos o tratamientos, según señalan.

Para Fetters y García Castillo, una forma de aliviar el problema podría ser la inclusión del español, el idioma más común en EEUU después del inglés, en el índice de materias de las escuelas de medicinas.

'Teóricamente, una mejor traducción de documentos puede disminuir los costes de hospitalización porque reduce la duración y posiblemente hay menos pruebas de diagnóstico', según argumentan.

'En general, se cree que invertir en traducciones precisas tiene beneficios a largo plazo y justifica los costes de traductores bien entrenados y de buenas traducciones', agregan.

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