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"Los traductores cobramos tarde y mal"
Fuente: Capital.es
Flexibilidad en horarios, vacaciones y sueldo. Para Konrad Dylo y Anna Grodek, una pareja de polacos residentes en Barcelona, es más que suficiente para su negocio de traducción e intérpretes. Aunque en España, aseguran, se cobra "tarde y mal".
Polonia entró a formar parte de la UE en enero de 2004. Unos días más tarde, Konrad Dylo y Anna Grodek, residentes en Barcelona desde 2000, se daban de alta como autónomos. Titulados en Filología Hispánica e Inglesa y con una dilatada preparación –intérprete jurado y experta en tradumática (aplicación de las nuevas tecnologías en la traducción)–, abandonan trabajos, clases particulares... “Para ganar en libertad y sueldo”, dicen al unísono.
En cuanto al sueldo, las tarifas se establecen por palabras. Existe un ranking de idiomas, según la dificultad. El chino y el árabe son los primeros en la lista. El polaco se paga a seis o nueve céntimos la palabra en un texto normal. Si se trata de traducción jurada, la cifra sube hasta los 11 o 13 céntimos. “Algunos textos científicos o técnicos requieren un gran esfuerzo de investigación”, explican. Entre ambos, cobran de 3.000 a 5.000 euros al mes. “Depende de los encargos que lleguen, nunca sabes cuanto ganarás al mes”, dice Anna.
La ley española permite a las empresas pagar a los 90 días de recibir la factura. “En el resto de Europa, a los 15 días ya has cobrado” dice Konrad. Al principio, esto dificultó las cosas. “Antes tienes que pagar el IVA y a los revisores –advierten–. Además, hemos tenido problemas con clientes que no pagan”. En este sentido, Margaret Clark, miembro de la junta de Asetrad (asociación de traductores), señala que el problema responde a la vulnerabilidad del oficio: “Trabajan en casa, aislados –afirma–, lo que supone una desventaja”.
Más información en el número de junio de Capital, ya en quioscos.
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