By DAVID BELLOS
Source: NYtimes.com
EVERYBODY has his own tale of terrible translation to tell — an incomprehensible restaurant menu in Croatia, a comically illiterate warning sign on a French beach. “Human-engineered” translation is just as inadequate in more important domains. In our courts and hospitals, in the military and security services, underpaid and overworked translators make muddles out of millions of vital interactions. Machine translation can certainly help in these cases. Its legendary bloopers are often no worse than the errors made by hard-pressed humans.
Machine translation has proved helpful in more urgent situations as well. When Haiti was devastated by an earthquake in January, aid teams poured in to the shattered island, speaking dozens of languages — but not Haitian Creole. How could a trapped survivor with a cellphone get usable information to rescuers? If he had to wait for a Chinese or Turkish or an English interpreter to turn up he might be dead before being understood. Carnegie Mellon University instantly released its Haitian Creole spoken and text data, and a network of volunteer developers produced a rough-and-ready machine translation system for Haitian Creole in little more than a long weekend. It didn’t produce prose of great beauty. But it worked.
The advantages and disadvantages of machine translation have been the subject of increasing debate among human translators lately because of the growing strides made in the last year by the newest major entrant in the field, Google Translate. But this debate actually began with the birth of machine translation itself.
The need for crude machine translation goes back to the start of the cold war. The United States decided it had to scan every scrap of Russian coming out of the Soviet Union, and there just weren’t enough translators to keep up (just as there aren’t enough now to translate all the languages that the United States wants to monitor). The cold war coincided with the invention of computers, and “cracking Russian” was one of the first tasks these machines were set.
The father of machine translation, Warren Weaver, chose to regard Russian as a “code” obscuring the real meaning of the text. His team and its successors here and in Europe proceeded in a commonsensical way: a natural language, they reckoned, is made of a lexicon (a set of words) and a grammar (a set of rules). If you could get the lexicons of two languages inside the machine (fairly easy) and also give it the whole set of rules by which humans construct meaningful combinations of words in the two languages (a more dubious proposition), then the machine would be able translate from one “code” into another.
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2 de junio de 2010
I, Translator
Una reflexión de
De traducciones y otras rarezas
a las
12:17
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3 de agosto de 2007
No hay nada que temer, traductores del mundo
Una reflexión de
De traducciones y otras rarezas
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16:43
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26 de mayo de 2007
Tendencias de mercado en traducción: una idea

Interpretando la Babel de la Web
POR JESSICA E. VASCELLARO - THE WALL STREET JOURNAL
Fuente: Portafolio
Compañías de búsqueda como Google y Yahoo intentan derribar las barreras del idioma con herramientas de traducción más sofisticadas.
CUANDO PLANEABA un viaje a Marruecos recientemente, Alexander Bevilacqua recurrió a Google para encontrar cosas que hacer y lugares que visitar. Pero su búsqueda dejó mucho que desear, ya que ofrecía, en su mayoría, lugares para viajeros con un presupuesto reducido.
Por suerte, Bevilacqua sabe francés, uno de los idiomas que se habla en Marruecos, una ex colonia de Francia. De modo que este estudiante estadounidense de 22 años probó una búsqueda de Google en francés, la cual produjo resultados mucho más completos, entre ellos información histórica sobre atracciones turísticas que no hubiera encontrado en las guías turísticas. Aun así, Bevilacqua opina: “Ojalá hubiera algún término neutral que me ofreciera ambas clases de resultados”.
Desde el punto de vista lingüístico, la Web aún tiene mucho camino por recorrer. A medida que el número de usuarios de Internet crece en todo el mundo, la mayoría sólo puede acceder a contenidos en su idioma materno, a no ser que, como Bevilacqua, hablen varias lenguas. Pero ahora las compañías de búsqueda intentan reducir las barreras del idioma con herramientas de traducción más sofisticadas, las que están diseñadas para brindar resultados más amplios sin importar en qué idioma se realice la búsqueda.
La medida llega cuando los gigantes estadounidenses se centran en ganar participación de mercado en el extranjero, donde las industrias de búsqueda y de publicidad relacionada con los resultados son generalmente menos desarrolladas que en Estados Unidos. Al mismo tiempo, la participación relativa de las páginas en inglés disponibles para búsqueda en la Web está descendiendo rápidamente. Se calcula que actualmente representa entre el 30% o 40% del total, según Roger Bohn, profesor de la Universidad de California en San Diego. Esto obliga a los motores de búsqueda a encontrar una manera de traducir más páginas con mayor rapidez o arriesgarse a quedarse atrás.
Muchas iniciativas están diseñadas para ayudar a la creciente población de usuarios de Internet que no habla inglés y no puede utilizar la parte inglesa en la Web. Además, también es probable que esta tendencia beneficie a los usuarios que hablan inglés, ya que liberará contenidos que sólo están disponibles en otros idiomas, como la información local de turismo. Esto significa que el usuario que busca información sobre música, comida o modas de un país específico puede encontrar datos sobre esos temas escritos o reunidos por personas con un conocimiento más auténtico, como por ejemplo una biografía de un cantante italiano escrita por un italiano. En el ámbito profesional, los nuevos servicios pueden ser útiles en la investigación de mercados extranjeros, revelando datos creados o recopilados por investigadores locales.
Google, con sede en California, puso en marcha esta semana un servicio de traducción que permite a los usuarios buscar páginas Web en una decena de idiomas. Así, podrán hacer sus preguntas y ver los resultados en la lengua que les resulte más cómoda.
Un hispanoparlante que realice una búsqueda sobre viajes a EE.UU. podría introducir el nombre de una actividad o evento específico en español e indicar a Google que haga su búsqueda entre páginas Web en inglés antes de traducir los resultados al español (el servicio todavía está en fase de prueba, pero se puede acceder a él en la dirección ttp://translate.google.com/translate_s?hl=en).
La rival Yahoo Inc. ha adoptado un planteamiento más humano, basado en su servicio Yahoo Answers, el cual está disponible en casi una docena de idiomas, entre ellos español, chino, francés y portugués. El servicio permite plantear cualquier pregunta a otros usuarios de Yahoo Answers.
Mientras tanto, Microsoft Corp. trabaja en mejorar su software de procesamiento de idiomas, que traduce documentos mediante la extracción de significados implícitos tras una serie de frases o palabras, en vez de traducir cada palabra literalmente.
Google, Yahoo, Microsoft y Ask, propiedad de IAC/InterActiveCorp, también han lanzado sitios para regiones geográficas específicas, diseñados para servir determinados mercados.
Los sitios hacen suposiciones sobre el modo de pensar y los intereses de los buscadores de un país específico y clasifican las consultas según esos criterios. La búsqueda de la palabra “gobierno” en google.com.co ofrecerá primero información sobre el gobierno colombiano, por ejemplo, mientras que la misma búsqueda en google.com.mx brindará resultados sobre el gobierno mexicano.
Las compañías han puesto en práctica software de traducción de idiomas que permiten a los usuarios traducir los resultados de la búsqueda a su idioma materno haciendo clic en la opción “translate this” (traduzca esta página). Sergey Brin, cofundador de Google, reconoce que puede ser “irritante” si uno intenta leer una novela traducida por las nuevas herramientas, pero garantiza que la traducción es suficientemente buena para encontrar información básica como lugares, personas y hechos.
De todos modos, las empresas buscan formas de mejorar la precisión de sus traducciones. Yahoo, por ejemplo, tiene en cuenta las variaciones en gramática y sintaxis entre idiomas para adivinar mejor qué están buscando los usuarios.
Una reflexión de
De traducciones y otras rarezas
a las
19:51
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2 de abril de 2007
De cómo los expertos ayudan a las máquinas: Google
Pese a que la traducción del artículo no es muy buena, publico esta información por alusiones, porque yo misma he trabajado en el proyecto de "mejora" de los sistemas de traducción. No obstante, he descubierto que no han mejorado mucho... Así que, una vez más, el hombre y la mujer ganaron a la máquina.
En busca de la traducción perfecta en la Red
* Uno de los retos de Google es perfeccionar sus traducciones automáticas 'online'
Fuente: El Mundo
MOUNTAIN VIEW (EEUU).- Uno de los retos de Google para el futuro es lograr que la gente sea capaz de traducir documentos y contenidos en la Red instantáneamente en los principales idiomas, y principalmente a través del uso de traductores automáticos, sin la intervención de traductores profesionales de carne y hueso.
De hecho, el intento de Google, llamado 'traducción automática estadística', es sensiblemente diferente de otros esfuerzos anteriores ya que renuncia a los expertos lingüísticos que programaban reglas gramaticales y diccionarios en ordenadores.
En lugar de esto, introducen en el sistema documentos que ya han sido traducidos en dos lenguas y después dejan a los ordenadores que deduzcan patrones fijos para futuras traducciones.
La calidad de este sistema no es perfecta, pero es una mejora respecto de anteriores esfuerzos sobre traducción automática, aseguró Franz Och, un alemán que dirige el grupo de traducción automática de Google en los cuarterles de la compañía, en Mountain View (EEUU).
Naturalmente, hay división de opiniones. "La gente que conoce y ha utilizado la traducción automática durante algún tiempo ve nuestro sistema de traducción árabe-inglés, y afirman que es asombroso", dijo Och. "Por otro lado, otras personas que desconocen la evolución de los traductores automáticos leen una frase traducida y te dicen que hay un error en la línea cinco y que parece que no funciona bien", confesó.
No obstante, para algunos asuntos una traducción más o menos correcta es suficiente. Así, el propio Och mostró en una de las cafeterías del complejo central de Google una traducción de un sitio 'web' de noticias en árabe a un inglés medianamente comprensible.
Por su parte, dos trabajadores rusos de la compañía aseguraron que la traducción de un sitio de noticias en inglés a su lengua materna era posible, el resultado era un poco torpe, pero también bastante comprensible.
'Educar' al sistema
Och, que habla alemán, inglés y un poco de italiano, vuelca cientos de millones de palabras de textos traducidos en lenguas inglés o árabe en el sistema, y para ello utiliza textos de las Naciones Unidas o documentos públicos de la Unión Europea como material clave.
El programa aplica análisis estadísticos y busca evitar problemas de interpretación con algunos términos sensibles
Los idiomas que no cuentan con una considerable cantidad de textos traducidos, como algunas lenguas africanas, cuentan naturalmente con un gran obstáculo. "Cuanto más datos volquemos en el sistema, mejor funciona", comentó Och.
El programa aplica análisis estadísticos, y se intenta evitar problemas de interpretación que, en ocasiones, podrían suponer incluso conflictos diplomáticos, como el conocido error de uno de los traductores del presidente ruso, Vladimir Putin, que tradujo el cargo del canciller alemán Gerhard Schröder como 'Führer'. Este término está terminantemente prohibido en ese contexto por su relación por asociación con Adolf Hitler.
La idea es que, a fuerza de repetir el cargo una y otra vez, el sistema terminase por traducir de la manera correcta, en este caso 'Bundeskanzler Gerhard Schröder'.
Un pequeño equipo de personas
Para este esfuerzo tan importante, sorprende el espacio tan modesto que ocupa el equipo de Och dentro de la compañía. El responsable comparte una espartana oficina con dos miembros de su equipo, un lugar muy tranquilo y austero excepto por una balda con algunos libros de lingüística encima de su mesa. Y es que el principal trabajo de traducción lo realizan las máquinas.
Hasta ahora, Google ofrece traducciones automáticas de idiomas como el árabe, el chino y el ruso al y desde el inglés en la dirección de su traductor, así como del alemán a otras lenguas.
"Hasta la fecha, el centro de atención es cómo hacerlo muy, muy bien", afirmó Och, y añadió: "Como parte de la filosofía de Google, una vez que la herramienta es realmente útil y tiene suficiente impacto, habrá que buscar la manera de hacer dinero con esto".
El 'software' no podrá sustituir el trabajo de los expertos traductores humanos, al igual que en el caso del ajedrez
Miles Osborne, un profesor de la Universidad de Edimburgo que dedicó un año sabático el pasado año a trabajar en este proyecto de Google, elogió que el esfuerzo de la compañía pero destacó sus limitaciones.
"Los mejores sistemas pueden ser realmente buenos para pares de lenguas como en el caso 'Árabe-Inglés'", dijo. No obstante, señaló que el 'software' no podrá sustituir el trabajo de los expertos traductores humanos, al igual que en el caso del ajedrez. En definitiva, según él, el 'software' podría usarse para comprender un texto más que para 'bordar' una traducción.
"Podría ser muy útil, por ejemplo, para decidir la contratación de alguien para que haga bien su trabajo: uno se puede imaginar mirando documentos de una patente japonesa y viendo si son relevantes, por ejemplo", comentó.
Incluso consecuencias políticas
El presidente ejecutivo de la compañía, Eric Schmidt, ve también importantes consecuencias políticas en un mundo con las traducciones más fáciles en otros idiomas.
"¿Qué pasa cuando tienes 100 lenguas para traducir simultáneamente? Google y otras compañías están trabajando en la traducción instantánea automática de manera que se pueda lograr traducir bajo demanda cualquier cosa todo el tiempo", aseguró Schmidt en una conferencia a principios de año.
"Muchas sociedades han operado como comunidades con idiomas definidos, donde no comprenden a otras o incluso las rechazan simplemente debido a la barrera de la lengua. Estamos a punto de derribar ese muro y ésta es una tarea enorme", concluyó.
En busca de la traducción perfecta en la Red
* Uno de los retos de Google es perfeccionar sus traducciones automáticas 'online'
Fuente: El Mundo
MOUNTAIN VIEW (EEUU).- Uno de los retos de Google para el futuro es lograr que la gente sea capaz de traducir documentos y contenidos en la Red instantáneamente en los principales idiomas, y principalmente a través del uso de traductores automáticos, sin la intervención de traductores profesionales de carne y hueso.
De hecho, el intento de Google, llamado 'traducción automática estadística', es sensiblemente diferente de otros esfuerzos anteriores ya que renuncia a los expertos lingüísticos que programaban reglas gramaticales y diccionarios en ordenadores.
En lugar de esto, introducen en el sistema documentos que ya han sido traducidos en dos lenguas y después dejan a los ordenadores que deduzcan patrones fijos para futuras traducciones.
La calidad de este sistema no es perfecta, pero es una mejora respecto de anteriores esfuerzos sobre traducción automática, aseguró Franz Och, un alemán que dirige el grupo de traducción automática de Google en los cuarterles de la compañía, en Mountain View (EEUU).
Naturalmente, hay división de opiniones. "La gente que conoce y ha utilizado la traducción automática durante algún tiempo ve nuestro sistema de traducción árabe-inglés, y afirman que es asombroso", dijo Och. "Por otro lado, otras personas que desconocen la evolución de los traductores automáticos leen una frase traducida y te dicen que hay un error en la línea cinco y que parece que no funciona bien", confesó.
No obstante, para algunos asuntos una traducción más o menos correcta es suficiente. Así, el propio Och mostró en una de las cafeterías del complejo central de Google una traducción de un sitio 'web' de noticias en árabe a un inglés medianamente comprensible.
Por su parte, dos trabajadores rusos de la compañía aseguraron que la traducción de un sitio de noticias en inglés a su lengua materna era posible, el resultado era un poco torpe, pero también bastante comprensible.
'Educar' al sistema
Och, que habla alemán, inglés y un poco de italiano, vuelca cientos de millones de palabras de textos traducidos en lenguas inglés o árabe en el sistema, y para ello utiliza textos de las Naciones Unidas o documentos públicos de la Unión Europea como material clave.
El programa aplica análisis estadísticos y busca evitar problemas de interpretación con algunos términos sensibles
Los idiomas que no cuentan con una considerable cantidad de textos traducidos, como algunas lenguas africanas, cuentan naturalmente con un gran obstáculo. "Cuanto más datos volquemos en el sistema, mejor funciona", comentó Och.
El programa aplica análisis estadísticos, y se intenta evitar problemas de interpretación que, en ocasiones, podrían suponer incluso conflictos diplomáticos, como el conocido error de uno de los traductores del presidente ruso, Vladimir Putin, que tradujo el cargo del canciller alemán Gerhard Schröder como 'Führer'. Este término está terminantemente prohibido en ese contexto por su relación por asociación con Adolf Hitler.
La idea es que, a fuerza de repetir el cargo una y otra vez, el sistema terminase por traducir de la manera correcta, en este caso 'Bundeskanzler Gerhard Schröder'.
Un pequeño equipo de personas
Para este esfuerzo tan importante, sorprende el espacio tan modesto que ocupa el equipo de Och dentro de la compañía. El responsable comparte una espartana oficina con dos miembros de su equipo, un lugar muy tranquilo y austero excepto por una balda con algunos libros de lingüística encima de su mesa. Y es que el principal trabajo de traducción lo realizan las máquinas.
Hasta ahora, Google ofrece traducciones automáticas de idiomas como el árabe, el chino y el ruso al y desde el inglés en la dirección de su traductor, así como del alemán a otras lenguas.
"Hasta la fecha, el centro de atención es cómo hacerlo muy, muy bien", afirmó Och, y añadió: "Como parte de la filosofía de Google, una vez que la herramienta es realmente útil y tiene suficiente impacto, habrá que buscar la manera de hacer dinero con esto".
El 'software' no podrá sustituir el trabajo de los expertos traductores humanos, al igual que en el caso del ajedrez
Miles Osborne, un profesor de la Universidad de Edimburgo que dedicó un año sabático el pasado año a trabajar en este proyecto de Google, elogió que el esfuerzo de la compañía pero destacó sus limitaciones.
"Los mejores sistemas pueden ser realmente buenos para pares de lenguas como en el caso 'Árabe-Inglés'", dijo. No obstante, señaló que el 'software' no podrá sustituir el trabajo de los expertos traductores humanos, al igual que en el caso del ajedrez. En definitiva, según él, el 'software' podría usarse para comprender un texto más que para 'bordar' una traducción.
"Podría ser muy útil, por ejemplo, para decidir la contratación de alguien para que haga bien su trabajo: uno se puede imaginar mirando documentos de una patente japonesa y viendo si son relevantes, por ejemplo", comentó.
Incluso consecuencias políticas
El presidente ejecutivo de la compañía, Eric Schmidt, ve también importantes consecuencias políticas en un mundo con las traducciones más fáciles en otros idiomas.
"¿Qué pasa cuando tienes 100 lenguas para traducir simultáneamente? Google y otras compañías están trabajando en la traducción instantánea automática de manera que se pueda lograr traducir bajo demanda cualquier cosa todo el tiempo", aseguró Schmidt en una conferencia a principios de año.
"Muchas sociedades han operado como comunidades con idiomas definidos, donde no comprenden a otras o incluso las rechazan simplemente debido a la barrera de la lengua. Estamos a punto de derribar ese muro y ésta es una tarea enorme", concluyó.
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